El Marketing tradicional: un clásico que no pasa de moda

A diferencia de muchas otras estrategias, el marketing tradicional nunca pasará de moda ni será sustituido, descubre por qué.

Las labores de promoción de un producto han cambiado en los últimos años debido al aumento en el uso de las plataformas digitales. No obstante, el marketing tradicional aún se constituye como una valiosa herramienta para posicionar productos, marcas y empresas.

Entre las ventajas que podemos rescatar del empleo de una estrategia de mercadotecnia tradicional, destacan la posibilidad de llegar a públicos amplios, la capacidad de generar una conexión emocional con el cliente (tanto potencial como real) y la oportunidad de crear experiencias únicas que vinculen a la empresa con el público.

Características del Marketing tradicional

Se conoce como marketing tradicional (Marketing offline) al conjunto de estrategias orientadas a la promoción de productos y servicios haciendo uso de canales de uso habitual previo a la aparición y difusión de los medios digitales actuales.

Como ejemplos de este tipo de marketing tenemos a las presentaciones en vivo, los anuncios en radio, televisión y prensa; los materiales físicos (muestras, mamparas, exhibidores); y los diferentes apoyos impresos (flyers, folletos, carteles, anuncios, volantes y catálogos).

Este tipo de mercadotecnia es bastante empleado por empresas pequeñas y medianas, si bien las grandes compañías aún no lo abandonan, sobre todo porque, independientemente del extendido uso de las redes sociales y el internet, este tipo de mercadeo genera algo que el digital no siempre logra: conectar con el cliente de forma perdurable.

Ventajas del mercadeo tradicional

Las plataformas digitales son fundamentales en nuestros días, tanto para estudiar como para comprar, vender productos y ofrecer servicios.

Sin embargo, debido a la cantidad de información disponible y la vertiginosidad del tiempo, las labores de mercadeo digital muchas veces pasan demasiado rápido y generan vínculos efímeros con los clientes.

Conexión emocional

A diferencia de las técnicas mercadológicas digitales, las estrategias de mercadotecnia tradicional tocan las fibras sensibles de los clientes y se conectan con ellos.

No es lo mismo ver la imagen del producto en un teléfono móvil que verlo en un folleto, un cartel o, mejor aún, en vivo en un exhibidor. El anuncio en Internet se cierra y ya; el papel se guarda y se vuelve a ver, como si estuviera ahí, para recordar al público su existencia.

Y si hablamos de exhibidores con el producto bien presentado y hasta con alguna muestra del mismo, la conexión emocional es aún mayor.

No importa lo mucho que estemos digitalizados en este mundo: ver, oír y tocar algo físicamente cerca siempre será una experiencia inolvidable.

Cuando una marca, empresa o producto conecta con los clientes, las emociones asociadas generan un vínculo sólido y perdurable. Así es como se posicionan los mejores negocios, los que se mantienen vigentes.

Además, luego de tantos meses de confinamiento, la gente espera ver algo así cuando sale de casa a adquirir lo que necesita o desea. Es una forma de anhelo derivado de las actuales circunstancias.

Adaptabilidad

Las experiencias únicas lo son en tanto llegan a diferentes sectores de la población, a los públicos meta considerados de antemano, y favorecen su vinculación con la marca, empresa o producto en cuestión.

Por su forma y característica, las estrategias tradicionales llegan a amplios sectores de la población y llaman su atención de una u otra forma, adaptándose a los vaivenes de la vida comercial diaria y hasta a las particularidades del sitio en donde se coloque la herramienta publicitaria.

La televisión, la radio y la prensa son ejemplos evidentes, pero los materiales impresos no se quedan atrás.

Los folletos y los carteles pueden acomodarse y disponerse en diferentes espacios, atrayendo espectadores de todo tipo. Los exhibidores corren con la misma suerte y bien pueden colocarse en una pequeña tienda o en un gran almacén.

Otro ejemplo lo constituyen los volantes. Los clientes potenciales pueden guardarlos y recurrir a ellos cuando lo necesiten, sin necesidad de estar buscando en Internet el anuncio del producto o servicio que vieron antes y ahora desean adquirir. Lo mejor de todo es que estos materiales se distribuyen en casi cualquier sitio y circunstancia.

Presencia física

Ver un anuncio en Internet o en las redes sociales puede ser algo llamativo, pero tener en las manos un artículo relacionado con el bien o servicio (una muestra, una réplica a escala, un folleto informativo, etc.) no se compara con nada.

Tener algo para ver, oler, oír, sentir o saborear directamente es el punto de partida para la creación de una experiencia que se convertirá en un recuerdo y que, dependiendo el caso, podrá favorecer la conversión de un cliente potencial en uno real casi de forma inmediata.

Lo físico posee una característica fundamental: permanece y se recuerda mejor.

Como es posible apreciar, las técnicas de marketing tradicional todavía tienen muchas experiencias únicas para ofrecer a los clientes de este nuevo milenio. Por ello, siempre se debe recurrir a los expertos cuando se desea iniciar una estrategia de este tipo para obtener los mejores resultados. Se invita a solicitar más información a los profesionales de Fast Brand.

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